¿Cómo será la medicina del futuro? Fotobiomodulación: biofotónica aplicada a la medicina
Los fármacos son tan ampliamente utilizados en la práctica actual de la medicina que resulta difícil imaginar asistir a consulta médica y no recibir una receta para adquirir alguna(s) pastilla(s) en la farmacia. Por ejemplo: ante una infección bacteriana, hoy en día es común utilizar medicamentos antibióticos, y los antiinflamatorios orales son la primer respuesta para atender gran variedad de lesiones y golpes traumáticos. Ante estas observaciones, muchos dirían ¿de qué otra forma podría ser aplicado un tratamiento, si no es a través de un fármaco? Una posible respuesta es el uso de la fotobiomodulación, o PBM por sus siglas en inglés.
La PBM, antes llamada tratamiento de láser frío o de baja intensidad, es un proceso biofotónico por medio del cual se utiliza la luz infrarroja en tejidos vivos para promover la generación de energía, transcripción de genes, regeneración de tejidos y estimulación celular de amplio espectro. Utilizando fuentes de luz calibradas, es posible proporcionar la cantidad de luz adecuada para tratar gran cantidad de padecimientos, incluso aquellos para los que los medicamentos han fallado.
¿Cómo puede reducirse el uso de los medicamentos por medio de la PBM?
El uso de medicamentos siempre involucra un balance riesgo/beneficio, lo cual implica posibles efectos adversos o reacciones secundarias. Además, el costo asociado a ciertos tratamientos farmacológicos puede ser restrictivo. Por ello, reducir el uso de medicamentos sin reducir la eficacia del tratamiento es un objetivo importante en la investigación biomédica. La aplicación de tratamiento por PBM permite reducir o eliminar el uso de ciertos medicamentos. Como ejemplo está el caso del manejo de dolor e inflamación, donde se ha demostrado de forma clínica que la PBM reduce de dolor e inflamación de forma inmediata, siendo capaz de eliminar la necesidad del uso del fármaco en casos moderados o reducir la dosis hasta en un 75% en casos de difícil manejo.
En afectaciones como fracturas o heridas de piel, un beneficio de promover los procesos regenerativos es la rápida sanación de huesos y tejidos blandos. Esto reduce el tiempo de recuperación, fortalece la zona afectada y mejora la apariencia de las cicatrices. En infecciones bacterianas, la estimulación del sistema inmunológico permite recuperación más rápida y proporciona una herramienta ante infecciones resistentes a los medicamentos.
Estos son solamente unos ejemplos básicos de la investigación actual, quedando pendientes aplicaciones a manejo de diabetes, depresión, secuelas COVID-19, entre otros.