Fotobiomodulación. Tratamientos avanzados con medicina de precisión. Su éxito en la oncología.

Fotobiomodulación. Tratamientos avanzados con medicina de precisión. Su éxito en la oncología.

   
Por Grupo Molecular
   

En la última década, la ciencia ha comprobado que la óptica; como una rama de la física, es capaz de contribuir con los procesos de salud de las personas. A este proceso se le conoce como photobiomodulation o PBM. Cuando una persona en la actualidad es diagnosticada con cáncer, los sistemas tradicionales buscan destruir células cancerosas (quimioterapia y radioterapia) o “neutralizar”, “aliviar” o “impedir” que regrese el cáncer (inmunoterapia). La ciencia ha comprobado que no siempre se logran estos procesos de forma exitosa, por la complejidad, de las mutaciones y mecanismos que adoptan las células cancerígenas. Los fundamentos de la quimioterapia y radioterapia datan de mediados del siglo pasado, sin embargo, hoy son procesos estándares para tratar el cáncer. La inmunoterapia llegó como una esperanza para resolver este fenómeno de origen multifactorial, pero lamentablemente, los resultados no han sido los esperados.

Ante la necesidad de erradicar el cáncer y otras enfermedades, la física se ha preocupado por desarrollar láseres o LED (LLLT – Low Level Laser ligth Therapy), que resuelvan esos problemas médicos. La nueva tecnología desplaza con rapidez los métodos existentes; los procesos ópticos desde las ciencias físicas, se hacen cada día más comunes para mejorar la salud de las personas. La photobiomodulation consiste en el uso de láseres que, con una programación especializada físico-óptica, direcciona la luz con propósitos específicos en la salud, puede coadyuvar en tratamiento altamente especializados. La photobiomodulation no sólo direcciona la luz a los objetivos deseados, sino que modula procesos de proliferación, inhibición o mortalidad celular. Tratándose de cánceres, los procesos biofotónicos se desarrollan de forma específica en células nocivas ultramutadas que son producto de la deformación celular, de procesos bioquímicos o bien, de condiciones originadas por el hombre. La PBM actúa de forma diferenciada en células inadaptadas o desconocidas, que mutan en formas copiosa hasta llegar a lo que comúnmente se conoce como cáncer. Esta anormalidad de la célula, puede ser atendida eficientemente con tecnología oncológica avanzada de alta precisión que, con láseres de baja intensidad, pueden resolverse. A estos procesos se les conoce como PBM o photobiomodulation y en ocasiones como PBMT, LLLT o PDT, siendo este último referente al uso conjunto de luz con sustancias fotosensibles.

   

Los alcances y responsabilidades por el uso o el no uso de la PBM, son de suma importancia para la comunidad científica y médica, pues el PBM puede resolver problemas que las anteriores tecnologías no podían, o bien los resuelve con mayor velocidad y sin efectos secundarios, destruyendo, estimulando o concentrando el problema y atacándolo con rayos láser. Aquí el médico juega un papel importante, pues no aplicar PBM, por desconocimiento, implica un nivel de responsabilidad legal; mientras que aplicarlo sin la dosis óptica adecuada, también conlleva riesgos. Lo cierto es que los alcances y responsabilidades, sobre todo legales, deben conocerse por cada médico, pues siendo la PBM la tecnología más avanzada de su tipo, implica que el médico deberá tener conocimientos y fundamentos mínimos que le permitan saber en qué casos aplicarse. Esto es así, porque el conocimiento es la llave para la solución de los problemas de cada paciente. No aplicarlo, implicaría una omisión importante que podría culminar en responsabilidad penal del médico tratante; pues la omisión en el conocimiento por falta de información o actualización sobre este tipo de tecnologías, resulta punible. Gran responsabilidad asumen las instituciones públicas y las universidades en Latinoamérica, que por falta de presupuestos, ni siquiera han actualizado sus programas educativos con especialistas en medicina biofotónica o fotomedicina y los hospitales públicos se han mantenido ajenos a este tipo de procedimientos que resultan mucho más eficaces que la medicina tradicional, con mejores y mayores resultados, en menor tiempo.

 

Para entender cómo el PBM coadyuva en la salud, debemos partir del hecho que el laser therapy no implica el uso de una luz única o genérica, sino que requiere en cada caso y en cada persona una programación especial. Elementos de “Tiempo-Potencia” así como las condiciones de cada persona, tales como: Edad, profundidad del daño, periodo de la afección, uso previo de quimioterapia o radioterapia; condición hematológica del paciente y antecedentes familiares, son clave en la alimentación y programación de los dosímetros ópticos.

Recordemos que el cáncer es la principal causa de muerte a nivel mundial, por ello surgieron preguntas sobre si sería posible tratarlo utilizando luz láser. Al advertir que la fotobiomodulación (PBM) permitía sanar, restaurar y estimular procesos fisiológicos, así como reparar daños causados ​​por lesiones o enfermedades se decidió iniciar con su uso.  Investigaciones realizadas han demostrado que la PBM es altamente efectiva para mitigar los numerosos efectos secundarios que ocurren debido a la terapia contra el cáncer. La PBM no es invasiva en el cuerpo y no se requiere de procedimientos quirúrgicos para aplicarla; no obstante, se han hecho pruebas en cirugías aplicando PBM que demuestran su alta efectividad si se usa directamente en el sitio del tumor o debidamente focalizada. Hoy con pequeñas incisiones del tamaño de una aguja puede practicarse este procedimiento de forma segura. Se ha documentado que la PBM puede tener un efecto proliferativo o un efecto inhibidor de las células y que esto depende de la dosis y del tipo de células involucradas. Es por esto que, para tratamientos basados en luz, es importante que la dosis óptica sea establecida por un experto quien contemple cada elemento cualitativo y cuantitativo que empate con la potencia deseada, así como los esquemas de modulación, frecuencia de aplicación, longitud de onda, entre otros.

 

A nivel celular el efecto bioestimulador está relacionado con el aumento de la producción de ATP, y el efecto bioinhibidor se debe al estrés oxidativo observado cuando se aplican grandes cantidades de luz. Otro mecanismo, por el cual la PBM podría ser beneficioso para los pacientes con cáncer, es en la estimulación del sistema inmunológico para dar frente al cáncer. Se han utilizado protocolos diferentes (660 nm, 50 mW/cm2, 3 J/cm2; 800 o 970 nm, 200 mW/cm2 , 6 J/cm2, una vez al día durante 4 días) con resultado de reducciones de crecimiento tumoral y aumento en el reclutamiento de células inmunitarias (en particular, linfocitos T y células dendríticas que secretan interferones de tipo I). El PBM también redujo la cantidad de macrófagos altamente angiogénicos dentro de la masa tumoral y promovió la normalización de los vasos, que es otra estrategia para controlar la progresión del tumor.

Después de casi una década de esos experimentos se ha advertido que la PBM tiene alta efectividad, pero el secreto depende de las potencias y de la etapa de avance del cáncer (M0 o M1).

Debe entenderse que las células cancerígenas exigen alta responsabilidad en la programación de los dosímetros ópticos, pues dichas potencias pueden aumentar dependiendo de la zona donde se encuentre el cáncer; las potencias pueden ser mayores con resultados altamente exitosos si se focaliza adecuadamente.

Recientemente se advirtió que la PBM incrementa la eficacia de tratamientos de pacientes con quimiorradioterapia y por ende incrementa la supervivencia de los pacientes con cáncer. No produce ningún efecto secundario nocivo la aplicación de la luz láser para realizar la PBM.                                        

Se ha comprobado también que la PBM como un tratamiento complementario a la quimiorradioterapia, es eficaz, porque impacta en la mejora de las secuelas que son producidas por esta terapia. Sin embargo, la PBM por sí sola es eficaz al utilizarla como una forma de tratamiento de células cancerosas de forma aislada, que permite una mejor calidad de vida de los que lo padecen.

Estas aplicaciones en cáncer se conjuntan a una serie de efectos benéficos que han demostrado eficacia en una multitud de otros padecimientos.